El agua es un derecho fundamental para la preservación de la vida en todas sus formas, pero desgraciadamente el cambio climático está exacerbando tanto la escasez de agua como los peligros relacionados con ella, como las inundaciones, las sequías, así como la reducción de las capas de hielo y el aumento del nivel del mar, ya que el aumento de las temperaturas altera los patrones de precipitaciones y el ciclo del agua.
La Diputación de Alicante, consciente de este escaso y muy valioso bien natural en la provincia de Alicante, refuerza su presupuesto, pasando de 15,5 millones de euros a 27,6 millones. Junto al proyecto Alicante Inteligente
Agua, que movilizará en este ejercicio más de 3,6 millones de euros, se invertirán 15 millones de euros en la construcción y mejora de instalaciones hidráulicas de abastecimiento, saneamiento y depuración y otros 3,5 millones de euros para ayudar a las comunidades de regantes a mejorar la eficiencia del uso del agua en regadío.
Todas estas actuaciones forman parte del plan de acción para la implementación del objetivo sexto de la Agenda 2030, que la Diputación de Alicante ya ha puesto en marcha, promoviendo la gestión sostenible de los recursos hídricos, una mayor financiación, una toma de decisiones basada en datos científicos, desarrollo de mano de obra cualificada, tecnología innovadora, incluyendo la inteligencia artificial y una colaboración sólida intersectorial. Una acción global coordinada en gestión de agua integrada para hacer frente al impacto del cambio climático, al igual que una mejora de la gestión de las aguas compartida.
Garantizar el acceso a agua potable y segura, mejorando el abastecimiento y reduciendo la contaminación, reducir los riegos sanitarios y ambientales, impulsar la economía local y la generación de empleo y optimizar el almacenamiento, preparándose mejor para épocas de escasez, son entres otros los beneficios que reportan en los municipios de la provincia, este tipo de intervenciones que lleva a cabo la Diputación de Alicante.
